Estando cercano el día contra la “Violencia de Género”, asistí a una charla-debate en la tarde de ayer que analizaba dicho temática bajo el prisma del niño y del adolescente. Y llegué a la conclusión, de que todas, en cualquier momento de nuestras vidas, podemos ser víctimas de dicha Violencia, debido a la educación y a los valores en los que estamos inmersos.
Fui consciente, de la responsabilidad social que existe en torno a este tema: los que son padres, los/as que somos profesores/as, los/as amigas y demás familiares, tenemos un papel fundamental para cambiar dicha realidad que vivimos constantemente. Máxime, cuando las formas de ejercer Violencia de Género se han multiplicado debido a las nuevas tecnologías. En efecto, han aparecido conceptos nuevos como el “Ciberacoso”, “Groming” o “Sexting”, que nos han abierto la puerta a un mundo peligroso EN EL QUE TODO VALE.
Todos y cada uno de nosotros/as, somos responsables ante un caso de Violencia de Género, porque en mayor o menor medida, todas las personas con las que crecemos y nos desarrollamos forman parte de nuestra educación, de nuestra inteligencia emocional, de nuestra sensibilidad, de nuestra fortaleza y seguridad. En esa búsqueda de identidad, por la que todos pasamos, todas las personas que nos rodean nos influyen. Seguimos patrones, nos dejamos aconsejar, queremos imitar, y en ocasiones repetimos relaciones tóxicas, teniendo y viviendo un concepto equivocado del Amor, que se corresponde con el llamado “Amor romántico” y que se manifiesta en frases, tales como : “si es amor, todo lo vale”, “ el amor verdadero todo lo perdona”, “entrega total”, “el mito de la media naranja”…
Los datos estadísticos son espantosos: según datos de la “Fundación Anar “en su Informe de 2015, los casos de Violencia de Género de menores desde 2009, se multiplican por diez; nueve de cada diez menores admite ejercer violencia psicológica con su pareja,… Con dichos datos, no cabe más remedio que afirmar que: COMPORTAMIENTOS CONSTITUTIVOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO SE HAN NORMALIZADO.
Tenemos que luchar contra ello a través de la Educación, rompiendo patrones ancestrales, demostrando que los celos no son más que comportamientos que te llevan a una sumisión y dependencia absoluta, es decir, demostrando con nuestros actos y con nuestra enseñanza que el Amor es algo distinto. Y que precisamente, por eso se le llama Amor.
Y no nos olvidemos que, CON CUALQUIER TIPO DE VIOLENCIA, NOS OLVIDAMOS DE QUIÉNES SOMOS.
María Larrosa Martínez
(Departamento de FOL)
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